Thursday, January 18, 2007

Café con pastillas.

El dolor de cabeza me llega ya a la mandíbula. He terminado el primero de los tres viajes en avión del día y tengo que esperar unas horas en el aeropuerto.

Llevo cuatro horas despierto sin oler un café, como no me tome uno pronto me va a reventar la cabeza, como al del telediario de aquella peli. El avión no ha hecho más que agudizar el dolor.

Una sueca con ojos de pez me pone un cafelatte enorme. Sólo olerlo me pone los vellos de punta. Saco del bolsillo los bollos caseros de canela que Lena me preparó, y los empapo en mi droga favorita. Entre bollo y bollo, dos paracetamoles.

¿Café y dos pastillas? ¡Ya soy todo un hombre! Cuando estaba en el instituto leí el primer libro del periodista deportivo Jose Ramón De La Morena. Una de las cosas que recuerdo es cómo contaba que en un aeropuerto, durante un duro viaje de trabajo, se tomó un café con dos aspirinas; pensé ¡qué bestia! Muy quemado debe estar de currar.

Después de los tres aviones, ya estoy en mi camita española, repitiendo el ritual de libro y radio. Joserra, el autor del libro que he mencionado, comenta el partido del Madrid.
Opina que los curritos que van al Bernabeu pagan, con su esfuerzo pobremente remunerado, el enorme sueldo del entrenador y que por ello éste ha de aguantar los insultos de los primeros… que "eso va en el sueldo".

Pero qué tontería. No se tiene porqué tolerar ningún insulto, ¿qué contrato exige eso?, ¿sería legal? El razonamiento es: “como yo te pago el sueldo, te puedo insultar”. Entonces el mismo currante podría ser insultado por los dueños de su empresa el lunes después del partido. Hasta salen peor parados, porque podrían sufrir la humillación cinco o seis días a la semana, no sólo los domingos como un entrenador de fúmbol. Además, supone el periodista que el currito es de por sí maleducado. ¿No se puede ser currito y tener excelente educación? Claro que sí. Como decía Ortega, el ser un hombre excelso no es una cuestión de clase social.

De la Morena, que tampoco mete la pata tan a menudo, tiene una historia interesante. Llevó a cabo, según él, un pasito más en la Transición Española: Desbancar al cacique de la COPE, Jose María García. Jose Ramón se pone a sí mismo esa medalla. Tiene razón. Me parece valiente que lo diga, demuestra la seguridad en sí mismo que los buenos tienen, seguridad que los mediocres confunden con arrogancia. Con un tipo así da gusto discutir, aunque no lleve la razón en lo de los insultos.

Me estoy quedando dormido escuchándole, saboreando el contraste entre el país del que acabo de llegar y el mío. Sólo en España un programa de radio que empieza a las doce de la noche tiene tal audiencia. Es algo que sorprendió al mismo Capello cuando arribó en el Madrid hace unos años, a pesar de venir de una tierra con la que tenemos tantas cosas en común. Ese contraste es algo que todavía no comprende un corresponsal inglés en España que acaba de escribir un libro sobre nuestra sociedad. Después de investigarnos, estudiarnos y completar el mismo, sigue preguntándose... "¿cuándo duermen los españoles?"

Es que no dormimos.

No comments: