Tuesday, March 11, 2008

Estocolmo (II): Ella y el caballo loco


Ando por el centro buscando el hotel: Edificios viejos con desconchones en las paredes, pasos de peatones gastados, asfalto agrietado de poros abiertos, granito... Un teatro con aspecto de cerrado anuncia función para el fin de semana. El cartel para sacado de principios de los ochenta; la forzada sonrisa de esos actores de segunda con pelo enlacado provoca de todo menos lo que pretendían, ¿qué tipo de gente vendrá a ver esa obra? Pobrecillos, parece que en este país referencia del diseño también hay caspa. De entre la maraña de carteles pegados en las paredes que se pisan unos a otros, una selección poco consciente de palabras se queda con jazz. Se anuncia concierto con músicos cuyos nombres tienen un montón de letras ä, ö, å. Mala idea la de pegarlos junto a los sonrisas falsas del teatro, la idea de ir espectáculo en esta capital para el finde no me convence... para nada. Por este prejuicio inútil me voy a perder al trompetista de las muchas å, que seguro que era una máquina.

Intento mirar a las caras que se me cruzan, pero éstas solo atienden vagamente la periódica alternancia de sus propios pasos mecánicos. Ojos cansados, hombros caídos, andares presurosos y débiles. Estoy exhausto, tengo hambre, ganas de llegar a la casa es lo que dicen muchas de esas caras... y la mía, que quiere picar algo y encontrar el hotel.

En el 7-Eleven compro plátanos, yogur y un biskvi: pastelito redondo con base de galleta y cubierta de chocolate, relleno con crema y forma de ovni. El hotel estaba cerca. El platillo volante aterriza en mi estómago y me quedo frito en la cama tan rápido que lo hago destapado, con la tele y la luz encencidas.

MERCADO DE PARCHES.

Dos horas después salgo grogui del hotel de nuevo hacia la estación. Tengo tiempo y me paro en una tienda de las más cool. Una concept shop, que le llaman los dueños. Tienda concepto. “Concepto”, hay que joderse. Si Kant pasara por aquí y viera a lo que alguno llama concepto... El de esta temporada son los caballos, y tienen uno enorme de plástico en uno de los escaparates. Peaso de concepto. Voy a entrar ahora mismo a comprar Ideas, Seres, Yoes y Devenires, a ver a cómo los tienen.

Aunque duré poco (mi estomago no tolera ver imbéciles gastando tanta pasta en trozos de diseño conceptual que sólo ellos entienden y les permite entrar a determinados clubs), en ese corto lapso de tiempo antes de salir paseé junto a las camisetas. Trozos de tela limpia, cuidadosamente doblada y etiquetada con precio absurdo. Los únicos objetos en los que latía algo de vida eran las tablas. Cuando agarré una para descolgarla... estaba de nuevo lejos del mundo real, trasladado a mi soleada plaza del Sur de España. He hecho una parada para descansar tras caer bien un truco: me quito la camiseta y descanso la espalda que chorrea sudor en un frío banco de piedra. Sentado al sol, me quito los auriculares y bebo la botella de agua con los ojos cerrados; la cara hacia los rayos de luz los desafía mientras éstos atraviesan cada prisma formado por las gotas de sudor que resbalan sobre mis pecas.

Observo a los suecos que siguen patinando; con qué estilazo lo hacen estos cabrones. Qué cosas, ellos no saben que sólo son un flashback de mi mente y que mi cuerpo se halla de hecho en su madre patria escandinava. Quizá incluso me esté cruzando con ellos físicamente, allá en la ciudad de Nobel mientras mentalmente compartimos una sesión de skate a pocos minutos del Mediterráneo.

Estos guiris son la leche. Björn, casi dos metros, canijo, blanco como la cal, rubio albino y de ojos azules pequeñitos; buena gente, un alma libre pero con los pies en el suelo (cuando los baja del patín). Christian, otro vikingo: un armario con barba que patina suave como una bailarina y esconde su timidez en latas de cerveza, una tras otra. Oculta muchas más historias en la San Miguel, que será un santo, pero agarrado todo el día a él mi amigo va directo a la perdición.

Las camisetas que llevamos en aquella plaza se apilan en el banco, impregnadas con sudor de diversión, esfuerzo, de viajes, descubrimientos, de risas, de alcohol, música, de caídas, de polvo, tierra, asfalto, de euforia, tristeza… Nada de eso viene planchado, doblado y etiquetado para su consumo.


Otro flash y ya estoy escapando de la tienda; saliendo veo que el escaparate de la derecha es aún mejor: triste como él solo, dispone únicamente de un maniquí sin cabeza al que han castigado con una sudadera de estilo vintage ochentero. Igualita que la que mi madre me compró en el rastro de dos tallas mayores para que durara –nos durara, que era para compartir con mi hermana- y que acabó de pijama hasta que no me entraba la cabeza. Un sudadera de felpa sin capucha con un parche planchado que ocupa todo el pecho, de esos que no se doblan cuando te agachas y se quedan recios apuntando al cuello. Poco a poco, con los lavados, el parche se agrieta y se levanta por los filos, pierde color, pero sigue ahí, luchando cara a cara contra la lavadora y desacompañando tu cuerpo cuando duermes con él.

El de la tienda era azul, con el aspecto de gastado que tenía el mío. El parche también era de esos grandes, tiesos y gruesos –casi un relieve, la cúpula de los peces de Barceló- con un motivo súper conceptual a la par que cool; decía: “CABALLO LOCO” ¡Toma ya, unas letras en español! ya no se puede ser más guay. Paseando con ese jersey por La Palmilla me darían unas monedas para un café, pero en esta capital me sacarían de la cola del Debaser para invitarme a un vino blanco junto a los VIP.

No aguanto mirarlo más, tiro para la estación. En la esquina del kebab-pizza unos turcos montan jaleo; la primera vez que huelo sangre en humanos desde que llegué. -Chavales, que siga la juerga –les dije con una mueca-.

Los mismos desconchones, pósters, invisibles pasos de peatones y cara amargados en el camino contrario al de antes.

Ahora espero la llegada del autobús de las ocho. Con la mirada fija, me voy a mi mundo (para variar). “Mira hija, eso es un autista” debe haber dicho alguno de los que se me hayan cruzado los últimos minutos.

El autobús que espero llega, aparca y van saliendo pasajeros de él, hasta que de la escalera asoman unas botas altas marrones y unos guantes blancos respaldados por los ribetes azules de los puños de un chaquetón.

ELLA.

El autobús no puede hacer nada por impedir que salga, así que la princesita se va escapando con tranquilidad hasta detenerse en la acera inmediata. Junta los talones de las dos botas, ajusta el carrito de equipaje, levanta la cabeza y comienza a andar. Una sonrisa bellísima, clara, acendrada, inocente, fuerte, segura, feliz, confiada, divertida, cómplice, simple, calmada y juvenilmente sobria. Finos labios rojos colocados en la parte inferior de una cara infantil, limpia y de sana palidez. Dos calas mediterráneas de agua fría y transparente en un día de terral son sus ojos mirándome. ¿Cómo puede ser tan feliz en este sitio tan FEO y deprimente? Viene hacia mí y ya se me han quitado las pesadumbres con las que los cara cansados, casposos y desconchones habían ido cargando mi alma. No lo entiendo, camina alegre, divertida, con determinación, sin desconfianza alguna en su rededor. En el entorno de su paseo parece que ya no hay frío, oscuridad, agotamiento, aburrimiento... ¡Que no lo comprendo! La torre de alta tensión tampoco. Está aturdida, desorientada, se estresa: No está acostumbrada, para ella la vida es hierro, moho y vigilar las vías por las que circulan trenes cargados de cara tristes. No lo comprende, pero se contagia de esa primavera andante y respira aliviada. Relaja los hombros: los cables de alta tensión que sostiene se huelgan. La corriente eléctrica que transportan conmuta armónicamente y transmite codificado este mensaje: S-O-N-R-Í-E.

¡A los raíles del tren también les afecta! Siguieron con atención las caras que su vigilante, la torre, iba poniendo; contagiados, se activan: conmutan dos bifurcaciones para trazar con hierro una parábola... Acaban de dibujar una sonrisa.

La torre que lo observa chisporrotea y zumba en respuesta a las vías. Éstas quieren contárselo a todas sus aburridas camaradas en Suecia y, conocedoras de la magia de las series de Fourier, modifican melódicamente en frecuencia y amplitud las ondas de sonido generadas por las ruedas del tren que las atraviesan hasta codificar otra palabra: H-E-R-M-A-N-A-S. Qué solidarias que son estas vías de tren suecas.

Ella sigue su paso hacia mí, sin percibir nada de lo anterior. El chaquetón largo hasta justo encima de las rodillas, azul oscuro, entallado en la cintura y de hombros rectos le da un aire a azafata competente muy divertido. La azafata de Aerolíneas “ Señor E, Aquí Tiene Su Paz” me abraza y olvido la angustia de no saber y no ser. Huelo su pelo, rodeo su cuerpecito con mis brazos y deseo conservar conmigo este pedacito de espacio sin interrogantes que es sólo afirmación de vida.

JOHNNY

Ella me acompaña hacia el hotel pasando por los mismos tristes sitios de antes a los que ya no presto atención. Hasta me muestro un poco más condescendiente con el señor de la laca y la sonrisa postiza: -Relájate un poco, chiquillo –le digo al póster-.

Los turcos siguen liándola; si me entra hambre de nuevo bajaré a su local, fijo.

Caminamos por delante de la tienda donde Kant se compraba conceptos los sábados por la mañana. Vamos achuchados y caminando a pasitos, de modo que me da tiempo a observar la escena que tiene lugar dentro de la tienda. Un nadie conversa con el expendedor de logos; apunta hacia el maniquí con la sudadera vintage.

-Exactamente p-r-e-p-á-r-a-t-e-q-u-e-s-o-n-u-n-v-i-a-h-e de coronas -parecía decirle el intermediario de Sócrates-.

El nadie con nada en los ojos asentía con su sujeta gorras. El maniquí, aliviado desde que le habían quitado la cabeza para ser más concept pensaba “a mí plin” respecto a la decisión del cliente. Sin embargo este maniquí se sintió como Johnny cogió su fusil, mientras era desnudado. Sin poder alguno, abandonado en la inmensidad de la existencia y desprovisto de toda característica humana, con la certeza de que nadie nunca lo descubriría al fondo de ese pozo; nunca se escucharían sus gritos, la PEOR pesadilla imaginable. A Johnny le mantenían vivo obligado a no vivir. Al maniquí además lo usaban para portar conceptos que insultaban su inteligencia, eso no se lo hacían ni al pobre de Johnny. -Si tuviera piernas le rompía las pelotas al que me cuelga estas gilipolleces.

Mientras la escena se desarrollaba para desgracia del maniquí y de la sociedad en general que tendría que sufrir la contribución a la inflación de esa pobre alma adolescente en busca de identidad, yo me había quedado clavado frente a ellos.


-“Eres autista o qué”, dijo ella.

Desperté de mi viaje a la NADA en la que floté con Johnny y el maniquí, desconcertado porque de alguna manera ¡mis propios ojos me estaban mirando! ¡joder, qué truco me está jugando la mente ahora!, ¡no será Johnny que me quiere joder a mí también!.

No es eso, imbécil; es simplemente que te estás viendo reflejado en la luna del escaparate.

Terminé por verme entero; tenía cara de gilipollas con una expresión que representaba perfectamente sorpresa y escepticismo. Antes de volver al mundo real, me prometí salvar a a Johnny y a los maniquíes. -Lo que me digáis chavales; si queréis os mato y os libero, os entiendo perfectamente; la inmoralidad en vuestro suicidio que algun pacato quiere ver no es tal. O mejor ¡pasamos de todo y nos vamos a comer pescaito y sangría a La Carihuela! yo... lo que me digáis.

Antes de que pudieran contestarme se adelantó otra voz, femenina:

-¿Qué te ocurre cariño, qué has visto? -preguntó mi angelito-.

- Nada, nada... Cosas mías -respondí-. Oye, guapetona,...

- ¿Sí?

- Nunca dejaré que hagan de mí un maniquí.




Monday, February 25, 2008

La frase


"
Si yo supiese algo que me fuese útil y que fuese perjudicial a mi familia, lo expulsaría de mi espíritu. Si yo supiese algo útil para mi familia y que no lo fuese para mi patria, intentaría olvidarlo. Si yo supiese algo útil para mi patria y que fuese perjudicial para Europa, o bien que fuese útil para Europa y perjudicial para el género humano, lo consideraría como un crimen, porque soy necesariamente hombre mientras que no soy francés más que por casualidad."


Montesquieu


Tuesday, February 19, 2008

Ateo es testigo de la APARICIÓN del Big Bang en una tostada

Corrillos del Campo, España | La excitación se incrementa en este pueblecito al sur de Andalucía siguiendo la noticia de la aparición, ante un habitante de dicha localidad, de la imagen del Big Bang en una tostada de pan cateto. Benito Camelas, ateo de treinta y seis años, desayunaba tranquilamente cuando una inusual silueta en la tostada captó su atención.

Justo cuando iba a untar la zurrapa me fijé en el típico bujerillo del pan, rodeado por un círculo oscuro requemado,” dijo Camelas al periódico local El Heraldo de Corrillos. “En cualquier caso, la dirección y silueta de las salpicaúras de las migas, así como los matices cambiantes que emanaban de aquel bujero negro, eran claramente similares a los patrones no lineales de dinámica caótica que uno esperaría que obviamente siguiera el Big Bang. ¡Es el nacimiento del mundo!“ añadió excitado.

Desde que la noticia del descubrimiento acaparara titulares en mayúsculas a nivel nacional, los hoteleros locales han sido desbordados por una procesión de ateos provenientes de todo el país, quienes han llegado en peregrinaje a Corrillos del Campo para vislumbrar la reliquia científica. “Siempre he sido ateo y ver esta opción vital validada por una tostada es verdaderamente increíble”, dijo uno de los huéspedes del hostal Camas El Corrillo.

Para sorpresa de muchos, la Conferencia Española de Ateos ha pedido a sus miembros que no presten atención a la historia pese a su potencial para inspirar el desaliento de fe. “Dado lo ya venerado por los religiosos, esto es un truco barato”, dijo uno de los indignados activistas que admitió que aun así iría a Corrillos del Campo, recalcando que “ver no es creer”.


(Atheist Sees Image of Big Bang in Slice of Toast, Ronald Pecorry
. Traducido con rigurosidad académica por el Señor E)

Nota: La idea de traducir el texto es de un chaval, conocido escritor, cuyo nombre no desvelaré. Bueno, sólo una pista: su nombre empieza por “F” y acaba en “uckowski”.

Thursday, January 24, 2008

El mundo que no ve El Mundo


Estos del periódico de Pedro Jota se están ablandando, no se atreven a contar cómo de veras está España por culpa del zapatitos.

Zetapé no sólo tiene la culpa de los futuros atentados terroristas de la ETA; la cosa va mucho más allá y el hecho de que un periódico decente, fiable y objetivo como El Mundo no dé el paso de publicarlo me indigna. No se están investigando las actividades internas del presidente en La Moncloa –ocultan la verdad, no interesa que se sepa-, de donde se han filtrado datos que apuntan a la construcción de un zulo para retener a periodistas que publiquen noticias sobre las actividades de la banda. Sí, sí, el zetapé, el mismo que está planeando reventar con bombas tres u ocho Corte Inglés de Madrid para ganar las elecciones. Si es que...

Otras informaciones señalan que sus relaciones con Chávez incluyen acuerdos de intermediación para que las FARC suministren coca de la buena a los ministros socialistas. Sociatas...ya se sabe que cualquiera que vaya pidiendo libertad e igualdad es un vago maleante drogadicto.

Para esta legislatura los del PSOE han pospuesto la modificación de la ley del aborto pero en la siguiente la van a sacar adelante, lo que significa que van a obligar a toda madre cristiana embarazada a abortar por decreto. El empalamiento a la familia no acaba ahí: Se va a ordenar divorciarse (mediante divorcio vip-exprés) a todos los casados, los cuales acto seguido deberán:

Primero: Volver a contraer matrimonio con una persona del mismo sexo empadronada en Chueca, por el rito islámico.

Segundo: Adoptar un latin king, un moro de El Ejido, un rumano y un chino de Lavapiés.

Aquellos que se nieguen serán llevados a campos de trabajo donde se torturará con conciertos de Víctor Manuel.

La asignatura para la ciudadanía es la primera piedra del verdadero régimen que José Luis pretende construir, régimen que tiene como referencia al comunismo de Camboya: Socialismo fascista donde la moral y la conciencia son impuestos por el Estado. La segunda será una asignatura a impartir en las universidades, “Laboratorio de cómo ser un buen progre”, donde se enseñará a coser coderas en chaquetas de pana, liarse canutos gordos, etc, entre otras actividades didácticas.

¡Dios mío!, padre nuestro... ¡¡¡Se van a cargar a mi Essspaña!!! (¡coño! acabo de romper el españolímetro que tengo en la mesa del PC, mira que me está costando esto disgustos)

Otro de los precipicios por los que la banda de izquierdosos quiere empujar al país es la Alianza de Civilizaciones. Un acta extraviada de su última reunión dejaba constancia del empeño de gobernantes españoles en facilitar a Bin Laden unas bases militares para el diálogo y la comprensión mutua, en La Alhambra.

Mientras todo esto ocurre, el único medio garante de integridad periodística, fiabilidad investigadora e independencia como bandera, El Mundo, no tiene los cojones de ponerlo en portada. Panda de rojos y maricones. Ya se les veía el plumero (sobre todo a Pedro Jota en el vídeo). Yo sí que te voy a llamar puta de verdad.

Saturday, January 12, 2008

Sé rico o muere en el intento

Tengo que apagar la televisión porque la MTV me satura. Un programa tras otro enseñando lujo, malgasto de dinero, superficialidad, vanidad, egoísmo, etc... Cuando acaban esos programas empiezan los video-clips, que son más de lo mismo: Mansiones, coches grandes, oro y la dignidad de las mujeres pisoteada como una alfombra. La mayor parte de estos vídeos son de hip-hop, ¿qué le ha pasado a la música popular negra? ¿dónde están los talentos como los de la era Motown, Atlantic, etc..? Un rapero muy conocido ha titulado su álbum “Get rich or die trying”. El cabeza de chorlito no es sólo un exponente de ese estilo de música –el gangsta rap- donde lo cool es ser un asesino, un gánster y tratar a las mujeres como basura. Es además un reflejo de las cloacas mentales que produce un sistema basado en absoluta libertad de mercado sin protección del estado, en la ley de la jungla. La felicidad inalcanzable está en tener televisiones de plasma gigantes, jacuzzis, frigoríficos de dos puertas llenos de coca-cola, varios Merecedes, BMW, llantas enormes y una novia con tetas de silicona.

Más lujo y despilfarro por arriba, más pobreza por abajo. Y por todos lados, miseria de valores.

Luc Ferry, filósofo y ex ministro francés decía lo siguiente en una entrevista: “La primera globalización, la de la ciencia moderna, quería comprender el mundo para dominarlo. Con dos metas: ser más libres y más felices. La globalización actual no tiene un objetivo superior, sólo sigue la lógica del mercado, donde la competencia es un fin en sí mismo. Si un programa de televisión no tiene audiencia, desaparece. Nuestros móviles pesan menos pero nosotros no somos más felices. Avanzamos sin saber adonde y, además, no controlamos el proceso”.

Vaya, esto último también lo dijo otro gabacho, Manuel Chao.

Cruzando libros y periódicos se encuentran otros ojos abiertos que aprecian este absurdo. Por ejemplo, los de Pere Navarro, director de la DGT: “Ser sabio es poder decir: ¿cuándo es bastante? ’Usted tiene que crecer, usted tiene que ser competitivo’. De acuerdo: dígame cuánto es bastante. Y entonces yo me organizo y llego”. Como dice el periodista que le entrevista, la austeridad ya no se lleva (desde luego en la MTV o en la televisión en general no la vamos a encontrar); según Pere “vivimos en una apoteosis barroca del consumo”.

Un tipo que además sabe apreciar los placeres de la vida. Si es que hay mucho por disfrutar, lo que ocurre es que la publicidad busca continuamente tu insatisfacción.

Además de ojos despiertos hay también plumas comprometidas, como la de José Vidal-Beneyto (las mayúsculas no pertenecen al texto original): “Cada día los pobres son más pobres, pero afortunadamente para las estadísticas globales de la riqueza, los ricos son más ricos y una cosa compensa la otra.[...] Más de un tercio del PIB mundial lo poseen las 100 primeras empresas del mundo; los ricos que entre 1936 y 1975 representaban el 1% de la población norteamericana y poseían el 5% del PIB de EEUU han vuelto a elevar su participación a más del 20% en los últimos 30 años. Riquezas amasadas en una legalidad de fachada, tras de la que se esconden las bolsas de valores manipuladas y sus amañadas cotizaciones, las contabilidades trucadas, los PDGs truhanes, los Estados cómplices con sus asilos cómplices del crimen –seis paraísos fiscales en la sola Unión Europea-, el escabroso, indomeñable imperio del gansterismo económico, todo fundado, legitimado por los vendedores del capitalismo de mercado que se auto califican de filósofos y que hacen del darwinismo social la doctrina que todo lo explica: los más fuertes duran y prosperan, los otros desaparecen. LAS COSAS SON ASÍ E INTENTAR CAMBIARLAS ES PEOR, pues sólo produce más caos y desorden. Algunos parches quizás sí, pero proponer otros modelos de sociedad, con otros valores y otras prácticas, buscar alternativas a lo existente y apostar irresponsablemente a lo improbable es optar por el terrorismo de las utopías. El sueño es un componente esencial de lo humano, pero no el sueño de los pobres hecho de fuego y revoluciones sino sólo el de los ricos que viven entre el lujo y la lujuria [...].”

Las desigualdades de renta también se amplían en España. Por cierto, qué bueno eso de “terrorismo de las utopías”; actualmente, a los mansos corderitos conformistas se les llama “moderados”, y a los que protestan y se sublevan ante las injusticias se les acusa de “radicales”. O “terroristas de utopías” tomando las palabras de Vidal-Beneyto, que añade otra perspectiva sobre el lujo, el despilfarro y el darwinismo o ley del más fuerte. En cuanto a esto último, la idea de “el premio para el que se lo curre” a la que con cinismo y demagogia se agarran los liberales me parece de puta madre.. si el premio es el trofeo en una competición a la que vamos todos con las mismas condiciones de partida. Si no, no vale.

Hasta que leí este artículo, no reconocía el nombre del autor, pero desde ya me lo guardo, vaya a ser que me lo encuentre un día en un bar y se me pase invitarle a un vino.

Más sobre consumismo, desigualdades y desprestigio de la austeridad como valor aporta Vicente Verdú en su artículo “Ideología del ‘low cost”:

“[...]La cadena de supermercados Wal-Mart, la empresa de mayor facturación del mundo, sigue el lema de bajar día tras día sus precios hacia una asintótica (¿satánica?) que amenaza con acercarse a cero ¿Será entonces el paraíso terrenal? ¿El paraíso capitalista del proletariado?[...]

La situación es más o menos esta: el particular crecimiento económico de los últimos años ha generado en un extremo una tupida cosecha de multimillonarios y en el otro un vertedero donde, aún en los países desarrollados, se apila un 15% de la población.

Desde un arrabal a otro pulula una masa sin conciencia de clase, tan tolerantes como indiferente, tan cínica como caritativa [...], tan amigos del Papa como de Pilates y el Ché. Millones de seres individuales que se apresuran ante la última entrega de Harry Potter, el best seller de misterio o el estreno de James Bond. Usuarios todos ellos de Ikea, de Zara, de Google, de Lidl o de Easyjet[...].

Se trata de individuos instruidos en el consumo, ampliamente informados a través de la Red y ávidos de lograr su identidad –perdida en el trabajo- a través del tiempo libre [...].

La copia es igual al original y lo virtual se confunde con lo real. No hay delito en bajar productos de Internet puesto que todo lo que puede ser gratis no debe costar un duro. La ética del coste (o del esfuerzo) no posee ningún valor absoluto ni tampoco el dolor aporta dosis de superación o depuración interior, a la antigua usanza [...].”

Estos extractos ayudan a componer una mejor imagen de la sociedad en que vivimos. Todo ello puede apreciarse encendiendo el televisor, pero empleando un montón de filtros antes de procesar lo que sale por la pantalla.

“Chicos MTV”, no os dejéis engañar por esa exaltación de la riqueza y la superficialidad. En los mismos videoclips suelen poner algún skater porque queda muy cool, se ha convertido en un estereotipo de libertad, rebeldía y diversión. Pues bien, venta a la plaza donde patinamos que no vas a ver ropa cara ni cochazos. La mayoría, chavales con camisetas de tres euros de Decathlon y pantalones de Carrefour haciendo locuras con la tabla, echando unas risas, intentado superarse con esfuerzo y ¿quieres ser cool?, aquí hay gente que con dos duros en trapitos y cero en la cuenta corriente tiene un estilo que tira de espaldas. La personalidad no se compra.

No voy a dar lecciones morales, ni mucho menos, pero estate atento por si el mercado te la está colando con su idea de lo que debe ser la felicidad y el éxito. Pueden hacer de ti un insatisfecho y un frustrado innecesariamente, además de consumidor compulsivo, y otro seguidor de la insolidaridad y el “darwinismo social”.

¡Que no te jodan!

Monday, December 31, 2007

Nota.

A los cientos de miles de millones de personas que leen este blog: Sólo deciros que no está abandonado, sino que tengo menos tiempo para escribir. Aún así, de higos a brevas publicaré algo, tengo varios borradores en mente. Como con cada columna ya publicada, su aparición supondrá una convulsión en el mundo de la literatura y el periodismo, "deben de hestar hatentos".

De momento, debajo de esta nota aparece una nueva entrada y a la derecha un nuevo link para arreglar el mundo, ¡vamos al lío!

Saludos.

Feliz año nuevo.

Se acerca el final del año. Nada acaba ni nada empieza el uno de enero, pero nos sentimos cómodos viviendo en ciclos. La angustia es menor cuando unas cosas acaban y empiezan otras, aunque sean las mismas. Una ilusión que cálidamente arropa durante unos instantes durante los cuales creemos no estar totalmente perdidos. Qué alivio, una referencia a la que agarrarnos.

Otros doce meses concluyen, celebremos que hemos terminado algo como si fuese mérito nuestro, que conseguir metas entretiene este sinsentido.

Pero esa manta es demasiado fina, cuando la aprietas fuerte para sentir calor se deshace y vuelve el frío. Agua helada en la cara que te despierta, y estando espabilado uno es más consiente de que no existe El rumbo.

Por ahí ando despierto, pasando frío, sabiendo que voy desorientado pero al menos seguro de ello. La única certeza es la de que no hay un camino de salida. Y prefiero asirme a ese verdadero soporte falso, que a falsos soportes verdaderos.

Este año se consume: En el Golfo Pérsico la primera potencia del mundo ensucia el nombre de la democracia, la libertad y los derechos humanos. Por otro lado, China despierta y el Islam crece como amenaza, ambos sucesos previstos por Ortega y Gasset hace más de ochenta años. En España el juicio del 11-M terminó y no dio la razón a los que se inventaron una realidad para intentar salvar el culo pocos días antes de aquellas elecciones. Lo que me ha destrozado ha sido ver a la mitad de mi país absolutamente cegado, siguiendo las palabras de sus Mesías que sostenían que era de noche cuando era de día. Media España con un cerebro inservible auto-inculcándose cualesquiera consignas que sus líderes ladraran. Fanatismo puro y duro en casa.

Por si esas noticias no fueran lo suficientemente desesperanzadoras, hay otras dos que me han marcado en el 2007:

Una: Se certificó la extinción del delfín blanco del Yang-tse. La foto del delfín ocupó un cuadradito pequeño en las portadas de los diarios. Las tertulias se ocuparon de lo que dijo ese día algún cretino de este y aquél partido acerca de alguna imbecilidad previa, mientras la realidad era -es- que a ese ser nos lo hemos cargado. Maldito capitalismo salvaje. Puta estrechez de miras.

Dos: Este es el año en que ya TODOS somos conscientes de que le hemos hecho un daño irreparable al planeta, tanto que nos jugamos la supervivencia de la especie. Si se quiere ser optimista, quizá sea este un principio que obligue a la cooperación entre primer y tercer mundo (¿cuál era el segundo?), produciendo éstos combustibles orgánicos que consuman aquellos, etc., lo que podría suavizar las diferencias económicas.

Eso ejerciendo de optimista durante unos segundos. El resto del tiempo me dan ganas de vomitar a lo que nos ha llevado el puto capitalismo. Sí, el capitalismo, esa mágica fórmula que “genera riqueza” basada en el CONSUMO. Compra, compra y compra, desgraciado. Ten nuevas necesidades, la tarjeta de crédito llenará tu vacío existencial. CADA familia con una lavadora, un frigorífico, un congelador, microondas, ordenador, dos televisiones, DVD, aire acondicionado y calefacción a toda pastilla. Si puedes pagarlo, ahí lo tienes. Da igual que en conjunto sea un gasto energético absurdo. Para qué compartir lavadora en la comunidad, yo quiero MI lavadora. Para qué ir en autobús, yo quiero MI coche, el que dice el anuncio que va conmigo, el que me hará ganar prestigio y follar más. Piscinas, campos de golf. Viajes en avión para TODO el mundo. Resulta que si se "democratiza" el viajar en avión, consumimos tanto combustible que, de nuevo señores, NOS VAMOS A TOMAR POR CULO. Y esto a lo mejor suena exagerado en España, a ecologista trasnochado, pero en Francia, Escandinavia, etc., las empresas que quieren tener una imagen de respeto al medio ambiente están priorizando el que sus empleados viajen en tren antes que en avión.

¿Tendré que RENUNCIAR a comodidades aunque me las pueda permitir?

Estoy deseando ver si seremos capaces de poner el tope al consumismo para salvar el planeta.

Y así acaba el año. Pasa la página del calendario, cómete las uvas y ponte en guardia que después de la fiesta, la peste continúa.

¿Feliz año? ¡Vete a...!